Voces, sólo voces, como ecos;
como atroces chistes sin gracia.
hace mucho tiempo escucho voces
y ni una palabra.
y mis ojos maltratados se refugian
en la nada y se cansan de ver
un montón de caras y ni una mirada.
una nueva noche fría en el barrio,
los tranzas se llenan los bolsillos.
las calles son nuestras,
aunque el tiempo diga lo contrario.
y los sueños no soñados,
ya se amargan la garganta y se callan.
y eso, casi siempre (o siempre), les encanta.
van quedando pocas sonrisas,
prisioneros de esta cárcel de tiza.
se apagó el sentido,
se encendió un silencio de misa.
menos horas en la vida, más respuestas
a una causa perdida de porqué los sentimientos,
vuelven con el día.                                    
                                
                                   cjs